viernes, 13 de octubre de 2017

Los niños y niñas en protección, una molestia política que no da votos a PPSOE


En el teatro de polichinelas del PPSOE los niños y niñas en protección son el último mono. Son el colectivo más vulnerable de la sociedad y el que menos renta en cálculos de votos, ya seas oposición o estés en el poder. No votan, apenas cuentan con colectivos familiares o sociales que presionen a los partidos. Y, ¿qué decir de los profesionales? Silbando como si la cosa no fuera con ellos. En los servicios sociales está muy claro donde invertir y hacerse la foto para lograr votos. En Aragón, además de la Tercera Edad, se ha puesto el foco en la dependencia durante los últimos años. Nadie niega la necesidad de inversión material, económica y humana para atender a sendos colectivos, pero ¿por qué no reciben el mismo trato los niños y niñas en protección?

La consejera Broto, que desde su nombramiento le deben quedar pocas residencias de mayores en las que fotografiarse, también acostumbra a cacarear su mantra de la dependencia a la mínima que puede. Esta vez, con ayuda del PP, lo utilizó en su última comparecencia en Cortes hablando de Infancia (29 septiembre). Así le ponía el capote la diputada popular Ana Marín.


Y así se rasgaba las vestiduras la consejera Broto. ¡Qué seguridad en su discurso! Y qué rigor para cumplir la ley, justo todo lo que le falta al abordar a los niños y niña en protección.


Una de las cosas que también alternan PP y PSOE, cuando gobiernan, es ese sudor frío y los nervios cuando les preguntan sobre niños y niñas en protección. Memorable fue la patética intervención de la anterior directora del IASS, cuando la consejera Broto, entonces oposición, le arengaba y cuestionaba con seguridad y firmeza. El pasado septiembre, la señora Broto, ya en el poder, titubeaba, pasaba folios buscando una respuesta que no existía, se trababa, decía frases huecas... ¿Dónde estaba su seguridad como cuando era oposición? Aquí un simple ejemplo de su intervención en septiembre.


Ya ni siquiera hay rubor en este compadreo de PP y PSOE. La consejera ya lo dejó bien claro: “Lo más importante en un Parlamento es que todos nos respetemos como personas”. Ya, luego, si eso respetamos a los niños y niñas en protección. 


¿A quién le importa si los gastos vitales (sanidad, escolar y vestimenta) de los niños y niñas del COA se vuelven a subastar en un concurso de gestión educativa pese a que el IASS tiene su mayor presupuesto de la historia? Lo importante es que los diputados del PP y PSOE se respeten como personas y no se rompa el afecto mutuo que se procesan. Claro, siempre y cuando nos sigan tomando por gilipollas.

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